Durante estos días de Semana Santa y Pascua muchos de vosotros optaréis por realizar un viaje en autocaravana. Aunque la conducción de este tipo de vehículos es similar a la de los turismos, bien es cierto que hay que tener en cuenta otras consideraciones como las mayores dimensiones y peso de las autocaravanas. Por ello es necesaria una mayor destreza al volante a la hora de maniobrar y, por supuesto, moderar la velocidad.
Como ya os habrá informado vuestro proveedor, los conductores de autocaravanas cuyo peso no superen los 3.500 kg únicamente necesitan para poder conducirla el permiso de conducir B1 y un mínimo de experiencia al volante. Para conducir autocaravanas que sobrepasen los 3.500 kg se precisa el permiso de la clase C-1.
Señales
Antes de iniciar el viaje es importante que tengamos presentes las dimensiones del vehículo, con la finalidad de evitar posibles colisiones en pasos subterráneos, calles estrechas o abalconadas, surtidores en gasolineras, carreteras de montaña, ramas de árboles…Asimismo debemos prestar especial atención a determinadas señales que, conduciendo por ejemplo un turismo, se obvian, como pueden ser aquellas que advierten de la proximidad de túneles o puentes, balcones, pasos inferiores, límites de altura, vientos, etc.
Maniobras
Las maniobras no difieren de las de un turismo, aunque deben tenerse en cuenta, las mayores dimensiones de la autocaravana. Además, pese a sus grandes espejos retrovisores y su parabrisas panorámicos, en ocasiones la visibilidad es algo reducida y quedan zonas oscuras. Por ello es recomendable, cuando sea posible, que el acompañante ayude a realizar la maniobra o aparcamiento, avisando al conductor de la presencia de posibles obstáculos.
Puesto que la célula de la autocaravana es, generalmente, más ancha y más larga que la cabina (excepto en modelos integrales), en curvas e intersecciones el conductor debe procurar abrir el mayor ángulo de giro posible en la autocaravana y vigilar la parte posterior, sobre todo el voladizo (esto es, la distancia entre la rueda trasera y el perímetro posterior), para evitar “comerse” la curva, intersección o rotonda con la trasera del vehículo.
Velocidad
La velocidad es otro de los aspectos primordiales a la hora de conducir una autocaravana. Su peso y dimensiones aconsejan aumentar la distancia con otros vehículos, ya que precisan de mayor espacio para frenar. Por tanto, su velocidad debe moderarse en consecuencia. Es importante guardar la distancia de seguridad adecuada con respecto a otros automóviles, para optimizar la frenada. En los descensos de puertos y/o pendientes notables el uso excesivo de los frenos puede provocar calentamiento y pérdida de eficacia. Para evitarlo es recomendable “frenar” con el motor, reduciendo marchas.
Las ráfagas de viento también influyen en la conducción de autocaravanas debido a la altura y considerable superficie de su carrocería, pero no hay que dejarse sorprender por los golpes de viento que se producen, por ejemplo, al adelantar o ser adelantados por otros vehículos de gran tonelaje (camiones, autobuses, etc.). En estos casos interesa sujetar con firmeza el volante en previsión de que, en situaciones semejantes a las enunciadas, pudiera producirse algún golpe de viento.
Si durante nuestro viaje vamos a visitar ciudades o poblaciones con notable densidad circulatoria, no debemos introducirnos —sobre todo si no conocemos— con la autocaravana por el centro urbano o casco antiguo.
Si conducimos atentos y relajados, disfrutaremos al máximo del trayecto, porque conducir una autocaravana es muy sencillo. ¡Buen viaje!
Fuente: Tus vacaciones en autocaravana. Ed. Peldaño.